Nombre: Yovanny Alberto Bermúdez
Dónde nací. Maracaibo, Estado Zulia
Cómo conocí sobre los jesuitas.
Mi familia vive en Maracaibo, muy cerca del Colegio Gonzaga, llevado por los Padres Jesuitas. En esa institución estudié hasta graduarme de bachiller. Son muchos los recuerdos que saltan en mi corazón cuando escucho el “Somos Gonzagas valientes llenos de fe y de ilusión…” Las experiencias fundamentales de mi vida las debo al esmerado cuidado que tuvieron mis profesores, y ahora muchos de ellos mis hermanos jesuitas. La vocación de cristiano estuvo marcada por la pregunta qué quiero en mi vida y con las convivencias, las actividades de campamentos, las excursiones por diversos lugares del país se fue respondiendo.
La figura de San Luis Gonzaga y su corta historia en la Compañía de Jesús me hizo pensar que mi vida podía servir para algo más. Esa inquietud se fue conmigo a la universidad donde estudié Derecho y ya una vez graduado la pregunta se repetía, pero ahora de manera distinta: qué quiere Dios de mí, y me fui a Guasdualito en el Alto Apure, a solo 30 kilómetros de Colombia a trabajar en el Servicio Jesuita a Refugiados. El recuerdo más impresionante a mi llegada fue el resplandeciente sol que brillaba en aquella verde llanura que se perdía en el horizonte.
Esa fue la experiencia que marcó mi vida. Los refugiados llegan a nuestro país huyendo del vecino país para resguardar sus vidas, luego de caminar, de dejarlo todo hasta la misma tierra guardaban una esperanza: sus ganas de vivir. El contacto cercano y directo con ellos me cambió el horizonte. Ahora, la pregunta era directa y concreta: yo, sirvo para el sacerdocio en la Compañía de Jesús? Y me dejó inquieto hasta que decidí iniciar el proceso vocacional a la Compañía.
Tengo que reconocer el miedo inicial ante la pregunta, pero quedaba tranquilo cuando de la mano de Papa Dios dejaba mis inquietudes: mi familia, futura esposa, futuros hijos, profesión, el perro y el carro donde viajaría con mi esposa e hijos, y cuanta imagen se colaba para decirme que en el mundo se vive de múltiples maneras.
El 20 de septiembre de 2003 ingresé al Noviciado San Pedro Claver, en Barquisimeto, y desde entonces en compañía de San Ignacio de Loyola y de todos los santos de la Compañía me voy haciendo más humano, más libre para ponerme en manos de Dios y dejar que vaya haciendo su obra en mi vida.
En la actualidad soy maestrillo, es la etapa previa a los estudios de Teología,y mi trabajo lo realizo en el Centro Gumilla y en el Servicio Jesuita a Refugiados.
Son muchas las buenas experiencias y también las dificultades en estos 5 años de jesuita sin embargo, el mayor regalo es sentirme hijo de Dios en medio de tanta gente donde se refleja su rostro. Es en el mundo donde los jesuitas nos vamos haciendo uno con los otros, para llevar la experiencia del Dios viviente a tantas personas que están en las fronteras de la vida. Esta es la experiencia fundante, estar en el mundo para contemplarlo y responder al modo de Jesús de Nazaret.
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